El primer post de no te caigas fue este:
Hace dos días me quedé sin voz. Así que estoy obligada a observar más de lo que acostumbro. Formas de mover las manos, de mover los ojos, si las personas miran a los ojos cuando hablan y en qué momentos evitan mirarte a los ojos, como se paran cuando hablan... en fin.
Sin embargo, en un mundo de ojos muy lindos y llamativos, cada uno con su historia, su lágrima por caer, su brillo único... todavía, todavía, no encontré los tuyos o no los puedo ver
Y el último, el del 14 de Septiembre, fue:
tengo tiempo para saber
si lo que sueño concluye en algo
no te apures ya más loco
porque es entonces
cuando las horas bajan
el día es vidrio sin sol
Una vez habían escuchado un relato sobre "medias naranjas". Se decía media naranja a cada una de las personas que vagaba por el mundo sin siquiera encontrarse a si mismo. Lejos de ayudarlos, el haber incorporado este nuevo vocablo a su lenguaje, los desanimó. El hecho de pensar que en todo el mundo había una sola persona que les correspondiera eternamente y los complementara, los hizo caer. Eran personas muy simples. Su única ambición era el amor. Amor puro. -como reconocer una media naranja en todo un mar de gente? - esa era su gran pregunta.
El hecho es que todos y cada uno de ellos se obsesionaron con tenían que encontrar esa media naranja y ser felices hasta la eternidad. Programados como computadoras en función de ESA persona, buscaron y no encontraron nada. Ni siquiera saber qué era lo que buscaban.
Lo particular de lo que les habían enseñado era lo único a lo que no le habían prestado atención. El conocerse a uno mismo. Como reconocer un complemento sin primero reconocerse a uno mismo? Ahí es cuando nos equivocamos. Lloramos NO historias. Lloramos que nuestra imaginación no corresponda con lo que vemos. Cae la idealización. Frustración.