martes, 28 de septiembre de 2010

De mitos y crisis

crisis

1. Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente.
2. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.
3. Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
4. Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes.
5. Juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente.
6. Escasez, carestía.
7. Situación dificultosa o complicada.





Nacer es una crisis. Es un cambio brusco, de nadar a en la placenta a ser golpeados si no respiramos. Médicos, llantos, personas, voces, contacto directo, desprotección protegida, amamantarse, pañales, miedos ajenos, propios, confianza y entrega, o sumisión.
Desde que nacemos hasta que finalmente cerramos y volvemos al silencio, crisis. Constante aprendizaje. Entonces, crisis que se mantiene en segundo plano (incluso en momentos inolvidables). 
Está la de la adolescencia, crisis. Ser un maldito teen es vivir en crisis, ese intento de entender a las recién despiertas y, por tanto, recién descubiertas hormonas. Entonces, nos frotamos, como los gatos, contra otros seres en crisis que tratan de entender sus hormonas frontandose contra vos y otros como vos. Entonces, ahí ya tenemos dos crisis que se suman, la del constante aprendizaje con la de el empezar a mirar para adentro y luego animarnos a cuestionar nuestros pilares y los de quienes nos educaron.
Después, la crisis de quinto año (que se suma a la de la adolescencia -que todavía no superamos- y a la de constante aprendizaje). Quinto año del colegio, qué gran mito! Definitivamente no me pareció gran cosa, el viaje de egresados fue surrealista, el ícono de la mentira. Todos son amigos, todos se conocen, todos pasandola super en base a alcohol intravenoso, todos vestidos de alguien que todavía ni conocen, todos contra todos, todos todo. Me acuerdo que en el tercer día del viaje de egresados, falté a una excursión y me fui a sentar al Nahuel Huapi y me dije: qué bajón el viaje de egresados!
La crisis de la carrera, del abandono de carrera, de la inscripción a la carrera, de la duda, los proyectos, la crisis de vivir y de que te vivan, la crisis del amor imaginario y del amor tangible, el choque entre el ideal y lo real. Los deseos, la desilusión, el amor, la primavera y el otoño. La crisis de la música, del arte, de la seriedad y de la alegría. Crisis es vida. Vida es sangre que corre por tus venas. Venas que transmiten a todo el cuerpo y ya no con el envase en el cual estamos metidos. Lenguaje, transición, comunicación y emoción. 
Mientras tanto, también podes tener (si estás de novio), las conocidas crisis del mes, de los dos meses, de los 3 meses -según la Cosmopolitan-, de los 6, del año. La crisis de compartir, de entregarse y recibir a otro. La crisis del noviazgo, del matrimonio, de la asociación, la crisis de la crisis.

Yo tuve, con El Diario de Hormiga, la crisis de los seis meses. Me pasó. De repente, tenía tantas cosas por decir, tantas cosas que me estaban pasando, que no supe por donde empezar. Y entonces, me constipé mentalmente. Las palabras ya no salieron más, los dibujos ni se asomaron, los libros se congelaron. Pero respiré, aprendía respirar. Aprendí la importancia de respirar. La meditación purga, sin palabras, lo que no quiero expresar. Es mi mente comunicada con mi cuerpo. Es mi cuerpo en contacto con su propio ser. Soy yo, en mí. Estoy liviana, estoy soltando, estoy empezando a entender. Estoy sincronizada. Estoy.