Hay pocas cosas que me gusten más en los medios internetísticos que borrar gente. Borrar gente de msn era un placer mágico, ahora borrar gente de facebook, twitter, o dejar de seguir blogs.
Hay cosas determinantes a la hora de dejar de seguir un blog para mí:
- Que sea de poesía: no me gustan las supuestas poesías como tampoco me gusta el supuesto arte. No todo es poesía, por más que tenga formato de poesía. Poner palabras que terminen igual al final de la oración no hace poesía a un texto. Tirar pintura sobre un bastidor a baldazos, tampoco hace a un cuadro. Eso no es ser creativo, es ser un vago.
- Que los posts sean excesivamente largos y que tengan pocos párrafos, es decir, que los párrafos sean una biblia. No es justo para el lector. A menos que esté escrito de una manera que sea llevadero.
- No creerle el personaje al que escribe. Cuando empiezo a sospechar que no le creo al que escribe, dejo de leerlo sin querer. Mi problema no es que te mientas a vos escribiendo sobre el personaje que te gustaría ser, mi problema es que me hagas perder el tiempo.
- Que me suene a depresiva/o crónica/o. Como cuando en el primario tenía esa compañerita que amenazaba a partir de julio con que los padres la cambiarían de colegio al siguiente año. Ya basta.
- Las minas que escriben en personaje de atorranta moderna estilo palermogólico, me exasperan. No les creo que son felices, ni que gozan como dicen, ni que están con tantos tipos como dicen. Y si es cierto, you need help.
- Que sea facho y que piense que es gracioso. Por lo mismo que odio al personaje de Capussotto que hizo que decir algo facho no fuera rechazado por su entorno, sino festejado y comparado con Micky Vainilla, lo que desemboca en veinte minutos de estupidos videos de youtube y risas diabólicas. Una vez más, nos reunimos todos para mirar una pantalla y no vernos ni comunicarnos.
Hay cosas determinantes a la hora de dejar de seguir un blog para mí:
- Que sea de poesía: no me gustan las supuestas poesías como tampoco me gusta el supuesto arte. No todo es poesía, por más que tenga formato de poesía. Poner palabras que terminen igual al final de la oración no hace poesía a un texto. Tirar pintura sobre un bastidor a baldazos, tampoco hace a un cuadro. Eso no es ser creativo, es ser un vago.
- Que los posts sean excesivamente largos y que tengan pocos párrafos, es decir, que los párrafos sean una biblia. No es justo para el lector. A menos que esté escrito de una manera que sea llevadero.
- No creerle el personaje al que escribe. Cuando empiezo a sospechar que no le creo al que escribe, dejo de leerlo sin querer. Mi problema no es que te mientas a vos escribiendo sobre el personaje que te gustaría ser, mi problema es que me hagas perder el tiempo.
- Que me suene a depresiva/o crónica/o. Como cuando en el primario tenía esa compañerita que amenazaba a partir de julio con que los padres la cambiarían de colegio al siguiente año. Ya basta.
- Las minas que escriben en personaje de atorranta moderna estilo palermogólico, me exasperan. No les creo que son felices, ni que gozan como dicen, ni que están con tantos tipos como dicen. Y si es cierto, you need help.
- Que sea facho y que piense que es gracioso. Por lo mismo que odio al personaje de Capussotto que hizo que decir algo facho no fuera rechazado por su entorno, sino festejado y comparado con Micky Vainilla, lo que desemboca en veinte minutos de estupidos videos de youtube y risas diabólicas. Una vez más, nos reunimos todos para mirar una pantalla y no vernos ni comunicarnos.