sábado, 9 de octubre de 2010

¿Cuán sincera soy al escribir en mi blog?



La verdad no me lo planteo nunca porque siempre creo que escribo realmente lo que siento... ¿pero no hay facetas de mí que esconda? Y ahí me puse a pensar y me dí cuenta que dejarse limitar por una voz externa -por más que suene al libro de verdades de Cris Morena, o a frase de calendario en tarjeta que se vende en el subte- es realmente estúpido y frío conmigo. Porque lo peor es que, en el fondo, la voz que escucho no es sino mi interpretación sobre mi percepción de una no realidad, de algo que no es mi realidad, pero tal vez lo fue, o así lo viví. ¿Quién es ese otro? ¿A quienes corresponden esas voces? ¿Quién me dibujó? En el fondo, no somos más que animalitos indefensos, vulnerables y de mente muy frágil en busca de amor que nos haga de cuevita, que nos proteja, incluso, de nosotros mismos. Porque muchas veces no podemos cuidar nuestro propio cuerpo.

Hay que sentirse cómodo en uno. Hay que bancar cada uno de nuestros alter ego: la pacifica, la histérica, la neurótica, la insensible, la llorona, la celosa, la controvertida, la que baila y la que sostiene ropa en los boliches. Soy la que sale a caminar, la que quisiera tener más tiempo para poder volver a salir a correr. Sentarme en el lago. También soy la que lee compulsivamente o no lee durante meses, pero sigue comprando libros porque los ama, pero los va apilando en su escritorio, a modo de sombra. Hasta que un día dejan de ser sombras y se convierten en ventanas con aventuras y me sumerjo en todas y leo compulsivamente. El resto, es cíclico.

También soy la que dibuja compulsivamente en todos lados, en la facultad, en el bondi, en el subte, en el laburo, en la casa de un amigo, donde sea que tenga ganas de pintar - que en esas épocas es casi todo el tiempo- y les escribo pensamientos míos o de otros a los que admire.

Música es raro que no esté escuchando. Solo cuando duermo no escucho música. Ahora le cambié las cuerdas a la guitarra y toco, cuando me place, pero siempre tengo ganas de tener más ganas como para tocar y cantar. Me critico a mi misma por eso, me digo que soy vaga.

Me gustaría empezar a estudiar cine y para eso tengo que ver películas que no estoy viendo, y eso me da un poco de fiaca. No me quiero colgar. Después me voy a arrepentir.

Sueño, sueño constantemente con revoluciones sociales de paz, cambios genuinos, compromiso. Sueño con comprometerme mucho más socialmente. Me da dolor de estómago pensar en la gran injusticia que es el mundo para la mayor parte de la población del planeta. Si tan solo nos diéramos el lugar de ponernos en contacto, la vida tendría otro ritmo.

No voy a releer, publicar entrada.

4 comentarios:

fea dijo...

jajajaj
... está muy bien así como sale, derecho viejo!
... antes de hacer nada, hay que tomarse unos mates bieeen amargos.

mori dijo...

si si!!! me pasa lo mismo!!!
Linda entrada sin releer!!
Saludos
Erase una vez!

leandro! dijo...

Como banco a esta Hormiga sincera!
Me encanta :P

Anónimo dijo...

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