martes, 19 de abril de 2011

que no atienda, que no atienda, que no atienda...

Hay veces que llamar por teléfono a alguien me hace rogar, mientras suena el tono, que no atienda. Capaz tengo que arreglar algo, un encuentro, pero me da fiaca el momento teléfono. Hay veces que me es mejor mandar un mensaje de texto o, incluso, un mail. Y no tiene nada que ver con mi apreciación por la persona, sencillamente no me gusta hablar por teléfono.

Hace poco decidí dar de baja un aparato con música y cámara y pin pun pam porque se le rompió la pantalla, se le rompían los auriculares cada tres o cuatro meses y le entró un virus que hacía que no se pudieran bajar las fotos a una computadora. Es decir, insólitamente, que hay que formatearlo. Así que me compré un Nokia 1100 por MercadoLibre después de navegar por carísimos blackberrys y esas cosas de la NASA que me atraen pero me parecen frenéticas. Tiene todo lo que en realidad "necesito" ( if I need....): algo que haga y reciba llamadas y mensajes de texto.

Me da un poco de miedo lo que proponen los smartphones, por ejemplo. Me embola la imagen de las personas que lo tienen. Son como zombies que en cualquier contexto sólo miran una pantalla, y entre tanto -tal vez, si nadie postea algo 'greacioso'- se sumergen en el mundo de las personas que se hablan cara a cara. Es decir, se encuentran con personas para que haya gente mientras que hablan por msn con otros una salida. ¿qué?

La otra vez volvía tarde en un 42  a mi casa y vi una chica escuchando música, chateando por msn y hablando por skype, todo desde su teléfono. Que cope, pensé. ¿Qué cope?, me repregunté.Y me puse a pensar que, en realidad, uno pierde mucho con tantos medios de comunicación tan al alcance de la mano. Se pierde la comunicación, el contacto. Se deja de mirar por la ventana, o de mirar lo que pasa adentro del bondi, las caras, las personas, las pequeñas conversaciones en vivo y en directo, las situaciones de la calle, tampoco leemos tanto en los bondis porque, obvio, no podes leer con semejante atracción en la cartera.

Me parecen grandes teléfonos, muy útiles pero por ahora prefiero resistir un poco más el proceso de re-alienación nacional.

sábado, 16 de abril de 2011

The hell with the technofuns!

Me doy cuenta de cómo la tecnología me saca momentos, espacios de intimidad. Contacto. Ahora, cada idea digna de escribirse se convierte en un Twitt. Y los cd's ya no son viables y a quien se atreva a querer retenerlos, será llamado a adaptarte a los nuevos hábitos modernos por la policía del mp3, mp4, por los representantes del blue-ray y ni hablar de los inminentes polizontes del 3D. Ya basta.

Lo siento, no me siento retrograda por querer abrir una cajita, sacar un disco y mirar el librito mientras escucho el cd. Como los anotadores, me gusta la hoja de papel y el lápiz para dibujar el contorno.Me gusta imaginar porque los músicos eligieron el orden de los temas que eligieron, el arte de tapa, el del disco... Me doy cuenta de como cuando escucho música en la computadora, por lo general, no pongo un cd entero, hago una gran selección de temas cada vez. Y como sé que eso es lo que me pasa, no me es lo mismo una instancia que la otra. No me da leer un libro del libro que de un pdf, prefiero poder tocarlo. Prefiero el contacto. Ver, tocar, escuchar, sentir.