¿Cuán vulnerable se vuelve una persona cuando está sola? Mejor dicho, ¿cuán vulnerable se vuelve cuando se da cuenta que no la elige su soledad y que desea profundamente compartir?
¿Existe esa persona con la que se supone debemos encontrarnos? Quién no pensó alguna vez, incluso sintió, que había encontrado a ése otro que quería ver cuando le saliera pelo blanco por la vejez. ¿Hace cuánto fue, ó, cuánto duró? ¿Era? ¿Volverías a elegirlo? ¿Volvería a sorprenderte si volviéras para atrás? ¿te complementaba? Todos tenemos un ideal de nosotros y de ése otro, ¿Estaba cerca de esa foto? ¿Qué tiene que tener alguien para complementarnos?
La vida me resulta más que impresionante y me apasiona profundamente. Es el ser humano el que me desalienta. Hay que decir que pensamos que todas las personas son buenas, aunque –sabemos- muchas, no. La mayoría me resultan interesantes historias y voces a escuchar. La mente del ser humano es capaz de cosas rarísimas. En el fondo –o de una- muchas ni nos llaman la atención, ni para analizar qué pudo haberles pasado que los hiciera apagarse lentamente hasta volverlas personas grises.
Estimo a mucha gente, me enternece fácilmente el contacto con un otro, con las personas, con los amigos o la familia. Sin embargo, querer, no quiero a todo el mundo. No tengo muchos amigos, aunque sí circunstancialmente. No conozco muchas personas que tengan todos esos amigos que dicen tener. Creo que hay confusión en los términos. Un amigo no es un conocido. Un amigo es una persona a la que uno puede leer y puede leernos a nosotros. Que se compromete con lo que nos pasa. Una persona de la que queremos saber más, que queremos que nos acompañe.
Si no nos llama la atención mucha gente ni para ser amigos, ¿cómo es posible pensar o dar por sentado que uno va a encontrarse con esa persona? ¿Es ése ideal de búsqueda similar al opio de las religiones? Sabemos que algún día nos enamoraremos profundamente de la misma manera que sabemos que Dios existe. ¿Y si no pensamos que ese Dios existe, sería esa obstinación producto de nuestra esquizofrénica sabiduría popular?
¿Cómo vamos a diferenciar a quien es de quien no es en el momento que sintamos el regocijo de que nos abracen mientras dormimos y nos mimen, al menos, un ratito? ¿Nos quedamos junto a la persona que más cerca estuvo de completarnos, o es cierto que en algún momento uno se encuentra con ése otro? ¿Cómo sabemos que lo encontramos o si, finalmente, nos conformamos?
Si tuviéramos garantizado un amor verdadero y único, uno al que indefectiblemente llegaremos, ¿nos hubiéramos sometido a todas y cada una de las historias que tuvimos?¿Quien dijo que todos los que buscan encuentran? ¿Quien dijo que todos están destinados a compartir con otro? ¿Todos?
La vida me parece, a veces, una sucesión de historias de las cuales huimos por no sentirnos parte del elenco y, entonces, emprendemos una eterna y minuciosa búsqueda. Hurgamos dentro del mar de gente a ése pez con el que podamos nadar en silencio. En un silencio en el que no haya ruido, interferencia. Que el canal sea fluido.
9 comentarios:
sabes las veces q pense en esto! ademas como se q ESA persona no vive en Hong Kong o en Indonesia? porq tiene q ser Argentino? ni siquiera porteño t digo...
Me hiciste acordar que hace varios años, muchos despues de haber terminado con quien probablemente hay sido la mujer más importante que hubo en vida, me puse a pensar: "Y si ella era esa única persona" ¿Cómo saber si esa persona no paso ya por nuestra vida y la dejamos ir?
Cómo habrás leído en mi blog, es un tema que ultimamente se me está haciendo presente.
No se bien el porqué, pero tras años de "soledad" (en lo que se refiere a parejas) empecé a sentir la ¿necesidad? de estar con alguien. Siempre fui un tipo que por propia decisión prefería estar solo la mayor parte del tiempo, y ahora que busco lo contrario es como que no encajo.
Y eso, me hace preguntar justo lo que vos escribiste:
¿Quien dijo que todos los que buscan encuentran? ¿Quien dijo que todos están destinados a compartir con otro? ¿Todos?
Viendo como viene la mano, ya se me fue la idea de que "siempre hay un roto para un descosido". Si aparece, bienvenido... y sino, ya se verá.
Saludos señorita!
Lola: Ni hablar!
Mariano: Y claro, y si pensamos que eso que no nos hizo tan del todo feliz, era lo mejor que podíamos llegar a encontrar?!
Hugo: Si, te entiendo perfectamente. Es como si por el hecho de haber logrado estar cómodos dentro de uno, conforme con quienes somos (más allá de los proyectos a futuro), disfrutado de la propia compania, necesitase -indefectiblemente- compartirse con un otro. El tema es... ¿es posible encontrar una persona que haya tenido la misma búsqueda que uno?
Si, mi miedo peor creo que no es la soledad, sino volverme una coformista...
hormigui no me fui... me tranformé. te invito a pasar.
besos,
Violet (Mine!)
Uds me hacen pensar... Creo que no podemos saber a ciencia cierta la respuesta a lo q pregunta nuestra hormiga preferida, lo q me lleva a pensar que lo único q se puede hacer es dar lo mejor y todo lo q esta a nuestro alcance cada vez q tenemos a alguien a nuestro lado, para q si las cosas se rompen al menos tengamos la conciencia tranquila por haber dado todo.
Coincido con mucho de la nota, aunque no con la parte que te referís a la amistad. Creo que los verdaderos amigos son mucho mas dificiles de encontrar que alguien para estar.
Y si nos referimos a alguien "más que para estar", ambas relaciones no son comparables en nivel de importancia...el poner a una por encima es un grave error que se suele cometer ( yo le he cometido y me arrepiento de eso). Cada una tiene su lugar y su función en nuestra vida y en la imagen que esa vida nos presenta a nosotros mismos...
Por ejemplo, paliar la soledad de mentes afines con tu pareja suele ser una de las recetas perfectas para destruir esa pareja. Son funciones y relaciones distintas. Bueno nada solo eso para agregar...en lo demás coincido plenamente.
Saludos
No hay una media naranaja en las 10.000 millones de personas del mundo que va perfecto con nosotros y que tal vez vivia en Hong Kong. Para mi, hay varias.
A mi me gusta aprender a querer a gente distinta y cuando case o no con alguna de estas, no lo llamaría conformismo. Sé que puedo ser feliz con mucha gente distitna, está en mí más que en con quién estoy, encontrar esa felicidad. Me puedo sentir cómodo en un banquito, en un sillon, en una silla... depende de más de mi que de los asientos. EL sueño por ejemplo, es el mejor colchón, y mis ganas de aprender a amar, la mejor media naranja. Debo tener una afinidad, ¡por supuesto! Pero no hay un único sujeto en el planeta tierra, ¡eso seguro! Sé igual que la mayoría no piensa así...
Muy interesante...
Da para mucha charla.
pero para abreviar, yo creo que la gente elige a quien amar.
Es largo si...
Publicar un comentario